miércoles, 23 de mayo de 2012

Más libros, menos libros

Como se podrá ver, la sección de libros ya no existe. De esa sección se habían hecho unas 15.000 descargas. El 90%, clásicos. El de mayor demanda fue el Diccionario Filosófico de Voltaire lo cual nos muestra el nivel de los participantes del blog. El sitio en que estaban (o están) los libros es 4shared.com. Yo ya había recibido avisos acerca de que estaba compartiendo libros con derechos de autor aún vigentes. En mi inocencia supina saqué del acceso público todo aquéllo que podía llevar a la ruina a la industria editorial. No fue suficiente. Aún así las denuncias siguieron llegando hasta que al fin la cuenta quedó bloqueada. Así que 4shared.com bloqueó mi cuenta a la cual sólo podré volver a acceder pagando (!). Para recuperar mis archivos, debo pagar. Eso es lo que se conoce como "justicia": pagando se lavan los pecados y los delitos. Pues bien, buscaré algún otro sitio en donde guardar mis cosas y seguir proveyendo de buena literatura. Sigo creyendo que Voltaire debe ser leído por todos y que ya cobró derechos en vida y hace mucho tiempo. Y sigo sosteniendo que no debe haber impedimentos de ningún tipo para que el conocimiento humano llege a los humanos (a todos).

lunes, 10 de octubre de 2011

La deuda como mito

En este caso, uso la palabra "mito" en su acepción antigua:
1- Fábula, ficción alegórica, especialmente en materia religiosa;
2- Relato o noticia que desfigura lo que realmente es una cosa, y le da apariencia de ser más valioso o más atractivo;
3- Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima. (RAE)

Durante la era napoleónica se instauró en Europa, y hoy en el mundo, un racionalismo delirante que provocó una nueva declinación del hombre: el héroe, el poeta, el artista, el ideal mismo del creador, pasó a ser visto como algo fuera de la realidad, cosa de jóvenes, tontería infantil. Las altas miras son sueños, pérdida de tiempo. Marxismo, positivismo, capitalismo, son nombres que incluyen en sus definiciones reducciones de la realidad.
Una de las causas, tal vez la más importante, de la muerte de Orson Welles, fue el estrés causado por sus problemas financieros: Cada una de sus películas, muchas inconclusas, fue una lucha contra el poder del dinero.
No es sorprendente el atractivo que generan las películas y novelas con temas medievales o fantásticos, en las cuales podemos ver como fundamento la exaltación de valores: caballerosidad, honor, valentía, justicia, palabra.
En el capitalismo será apreciada la persona que gaste. Poseer es prestigioso. El sistema se encarga de grabar en las mentes lo bueno que es acumular bienes, pero bienes de consumo, que necesariamente deben ser obsoletos lo antes posible. No por nada los objetos son cada vez más frágiles y contienen cada vez más partes falibles. Y si no es así, el sistema logrará hacer pensar que ese objeto ya no sirve y que es deseable otro nuevo.
Si uno debe mucho y a la vez paga mucho, será bien recibido por usureros y bancos, será respetado y considerado.
Si uno posee muchos objetos nuevos, será admirado y envidiado.
Es decir, con dinero se alcanza lo que antes se alcanzaba con actos heroicos y nobles.
El prestigio puede comprarse.
Deber y pagar es garantía de seriedad, responsabilidad y honradez.
Honrar la deuda supera el honrar la vida. Está bien visto el someterse a privaciones, a veces crueles, para pagar. El acreedor, curiosamente, no necesita honrar nada. Exige, reclama, castiga. Le importa poco la situación del deudor. No es su problema. El acreedor es un dios brutal y muchas veces es un dios de los ejércitos.
El incauto, el soñador, el que confía en sus propias fuerzas y en el futuro, contrae una deuda con cláusulas que no maneja y desconoce por más que las lea. Las variables económicas están fuera de su poder y con respecto al hombre de a pié, son un azar que está siempre en su contra. Y con respecto a los gobiernos, éstos no siempre saben qué es lo que planean los auténticos dueños del dinero.
Todos se endeudan: individuos, empresas, estados. Lo hacen para acceder a bienes sobrevaluados y generalmente obtenibles de otra manera. Y peor aún, toman deudas para pagar deudas. Se supone que la única forma de crecer es adquiriendo con dinero ajeno olvidando que, al terminar de pagar la deuda, si se llega a ello, se encontrará con que el bien adquirido ha costado varias veces su precio y que a la vez se ha desvalorizado.
El usurero, y todos los banqueros lo son, es el que maneja las variables.
La mayor de las variables es la propia capacidad de pago, pues el deudor está sujeto a todas las posibilidades negativas: crisis, guerras, debacles, recesiones, despidos, robos, y cuanta cosa puede uno imaginarse. La falta de pago será luego una nueva calamidad. El acreedor simplemente ejerce su poder para recuperar lo prestado. Lo hará de una forma u otra. Siempre legalmente, porque las leyes y las costumbres hacen del deudor una especie de paria semi delincuente. El acreedor, a los ojos del pueblo, no hace más que pedir lo justo.
Los bancos son aspiradoras de dinero. Si cobran más de lo que prestan, se entiende que cada vez acumulan más capital, que a su vez prestan nuevamente. Para mantener el flujo del circulante no queda otro remedio que imprimir más billetes. Los bancos generan inflación.
Es un hecho que una persona presta al banco (depósito) con un interés x y toma prestado (crédito) con un interés x multiplicado por una variable que el mismo banco fija. Es decir, la sociedad toma prestada su propia riqueza. El individuo no lo percibe porque no se considera parte de un grupo, no siente que forma parte de la sociedad. No por nada la publicidad de los bancos es profundamente individualista. Es la sociedad en su conjunto que, cegada por el mito de la deuda, no sabe que le presta al sistema bancario sus dineros y toma ese mismo dinero en préstamo pagando varias veces su deuda. A nivel estatal, se termina viviendo para sostener a un grupo parasitario que arruina la moneda, arruina así al trabajo y se apodera finalmente de los bienes tangibles.
El hombre pierde su casa, auto o lavarropas que ya pagó; la empresa, más poderosa, solventa los intereses que paga aumentando el precio de sus productos, disminuyendo su calidad o explotando más al obrero. El Estado, a través del gobierno, esclavo de la opinión, se entrega atado de manos en aras de la "eficiencia" pues debe rendir cuentas a un electorado que no puede ver lo que está ocurriendo.
Vemos lo que pasa en Europa y Estados Unidos.
Se presta dinero en hipotecas impagables; los bancos piden auxilio cuando deberían hacerse cargo de las pérdidas como lo hace cualquier persona; los Estados aportan fortunas inmensas a esos bancos, fortunas que salen del trabajo de sus ciudadanos. Y luego, esos Estados hundidos en deudas deben aceptar condiciones de los bancos que han fallado escandolosamente y a los cuales los Estados mismos han salvado de la ruina.
Una locura desatada en nombre de la razón. La razón de la deuda. Porque si se ha firmado un papel, se debe cumplir con lo firmado aunque eso implique la vida misma. Se parece mucho al pacto con el Diablo en el que siempre gana el Diablo, aunque los beneficios para el firmante parezcan inmensos.
Y todo basado en un mito: una deuda es cuestión de honor y el que no paga es despreciable.
Está tan arraigado en nuestras mentes que nos resulta natural y honroso que una persona se hunda para cumplir con el acreedor.
Nos resulta natural que el futuro de esta persona y de su familia esté condicionado por situaciones fuera de su control pero no azarosas. Es decir, bajo el control de otros.
Que la empresa en que trabaja cierre o no.
Que lo despidan de ella o no.
Que pierda la salud o no.
Que los intereses suban o se mantengan (nunca bajan).
Que en algún lugar del mundo haya una crisis o no.
Que la inflación suba más o menos (siempre sube).
Los Estados trasladan todo a los impuestos o reducen los gastos sociales, que no son gastos, son devoluciones.
Las empresas trasladan todo a los precios y a los sueldos.
Los individuos trasladan todo a sus propias vidas, bienes y libertad y terminan trabajando para unos parásitos en una nueva forma de esclavitud. Eso sí, una esclavitud elegante y racional.
Es el mito de la deuda: nací debiendo y la deuda es intemporal, natural, eterna. Sí, la deuda es divina. Si está antes de nacer yo, ya que los Estados y mis padres ya debían algo, si sigue durante toda mi vida y pasa a mis hijos, si el no pagarla significa el oprobio, debo concluir que es lo más parecido al pecado original. O a una maldición celestial. Y si el racionalismo niega mitos religiosos, no entiendo por qué no niega mitos sociales.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El retorno

Parece el subtítulo de la secuela de una película. Como hace 6 meses que no publico nada, debo volver con trompetas y desfiles. Trataré.
Me excuso: fueron meses complicados en varias facetas. Problemas personales, familiares y de salud.
No diré más de todo esto por ahora.
Aprovecho la oportunidad para hacer saber algo lamentable: Como saben, pongo a disposición de todos diversas obras literarias descargables desde lo que se denomina un "sitio de almacenamiento de archivos". Pues bien, en las últimas semanas han llovido las denuncias por infracción desde ese sitio. Conclusión, alguien se dedica a denunciar los libros que intento compartir. Con orgullo aclaro que se han descargado miles de veces en total. Pero siempre hay alguien que no tolera.
Todos sabemos que los autores ven monedas de cada libro vendido. El negocio es de las editoriales. El autor gana cuando se lo lee. Cuanto más se lo lee, más gana. Y además, me resulta repugnante que sólo acceda al saber el que puede comprarlo. Da asco.
Ya me han avisado del inminente cierre de mi cuenta. Será una pena el ver tanto trabajo desaparecer por obra de algún defensor del santo bolsillo. Es un esfuerzo poco conocido el seleccionar y "subir" archivos a un sitio. Lleva tiempo y mucha paciencia.
En fin, tal vez no pase nada o ya esté pasando.

Gracias a todos,

Luis Alberto Martinez

jueves, 28 de octubre de 2010

Un Presidente ha muerto

Ha muerto el Presidente Kirchner. Hoy lo están velando.
Llegó a presidente por descarte. Cuando la República Argentina se desmembraba, destruida por la usura, el neoliberalismo asesino, el más profundo desánimo, la miseria como destino, nadie quiso hacerse cargo del puesto. No había dinero ni más préstamos aviesos. Se había conseguido emborrachar a un pueblo entero con basura importada y farándula. La Política se había degradado a simple gestión contable. La voz cantante era la de las empresas y los bancos que hacían sus negocios sin control alguno.
El señor Duhalde, presidente (con minúscula) elegido quién sabe por quienes, ofreció el cargo a varios, como si se tratara de una braza ardiente, que lo era. Nadie lo quiso. Lo aceptó Néstor Kirchner. Se supuso que era otro pelele.
Cuando se desveló como Presidente nacional, el asombro fue de todos. Llegó al cargo con el 22% de los votos. Su principal opositor, Menem, se retiró de la segunda vuelta para dejarlo sin representatividad y para no hacer patente la derrota. Cosa de cobardes ignominiosos. Ni así lo debilitaron.
Demostró su coraje excepcional. Una coherencia pocas veces vista.
No soy peronista ni mucho menos.
Al poco tiempo comenzó a gustarme ese hombre.
Cuando lo vi ordenando a un militar que retire la foto del dictador homicida Videla de las paredes del Colegio Militar, lo sentí un amigo, o un compañero, o un igual. Porque él hizo lo que yo hubiera hecho, lo que siempre quise ver que alguien hiciera.
Creo que hizo lo que nadie en lo que llevo de vida.
Anoche una multitud se reunió frente a la Casa de Gobierno. La gran mayoría, jóvenes. Aún hoy están allí. Despiden a un gran Presidente los jóvenes. Los que habían sido descartados al destruir el futuro están allí.
De un país muerto, endeudado escandalosamente, hizo un país pujante. Nos sacó de encima al Fondo Monetario Internacional. Los Derechos Humanos estuvieron primero, como nunca y como en ningún otro país del mundo.
Los empresarios han ganado más que en los últimos treinta años. Claro que aún se quejan como siempre. Nada les alcanza.
Ya no veo las filas de vecinos esperando recibir unos paquetes de fideos. Eso para mí es la mejor prueba de que todas las críticas son mezquinas.
Su esposa Cristina Fernández lo sucedió. Hoy es su viuda. Nunca un Presidente fue tan atacado y hasta insultado impunemente como ella. Y el país sigue creciendo aunque los medios de comunicación (no creo que lo sean) insisten en que la República Argentina está en ruinas. Nunca se mintió tanto, excepto cuando se decía lo contrario. Cuando se decía que todo estaba bien y millones penábamos en la miseria, sin fe alguna, convencidos de que no había otro destino que durar.
Este hombre se enfrentó al FMI, al monopolio mediático, a la Iglesia Católica, a su propio partido político, a todo el aparato conservador para resumir. Ese aparato siniestro que no tiembla a la hora de matar, difamar, torturar, con el miserable fin de mantener privilegios pequeños, deleznables, de tan corto alcance que producen vergüenza ajena.
Ha muerto, en fin, un hombre que dio su vida por un proyecto nacional. Cualquier otro, yo mismo, se hubiera quedado en su casa sabiendo su salud comprometida. Pero no. Presidente de la UNASUR, medió entre Colombia y Venezuela. Los medios no le dieron importancia. Lo importante para ellos era dibujarlo con un ojo torcido, decir que todo está mal o poner en primer plano a cualquier supuesto experto que anuncie desastres.
Néstor Kirchner supo poner a la vista al enemigo. Dejarlo desnudo frente a todos. De ahí el odio hacia él y hacia su esposa, hoy Presidente.
Supo poner en marcha a un país muerto. De ahí el odio del aparato conservador, que vive de la muerte.
Supo tener coraje, de ahí el odio de los ínfimos.
Los que queremos ver con los propios ojos y pensar con la propia mente, podemos tener ideas propias. Erróneas o no, propias. No inducidas por miserables que hasta intentaron boicotear un Censo Nacional (y no lo lograron). O miserables como el diario La Nación, que con el cuerpo aún tibio del ex-Presidente, publican un desperdicio de tinta diciendo lo que ahora la Presidente debe hacer. Claro, para esos buitres, una mujer no piensa, obedece a algún hombre.
Mi esposa hoy despertó llorando. Pero es una mujer ignota.
El Presidente de Bolivia lloró también. Pero es un indio.
Hay dos quilómetros de fila para despedir a Néstor Kirchner. Pero son los nadie.
Ayer tuve el gusto de ver y escuchar a hombres y mujeres de la cultura nacional reflexionar y emocionarse.
Hoy yo, un nadie, me permito preguntarme:

¿Queremos salir de la Matrix?
¿Tendremos la decisión de ver los hechos y no lo que se dice de ellos?
¿Podremos hacer ejercicio de la razón, aunque parezca sinrazón?
¿Sabremos dejar de ser correctos y pasar a ser justos?

Hace ya infinitos días, en una sede del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria se realizó un encuentro de productores de huertas orgánicas. Yo estudiaba eso y fui con ellos. Estuvo el Presidente Kirchner. Dio un pequeño discurso. A la hora de los aplausos, me incorporé y lo saludé con el puño en alto. Y entre todos lo que allí había, distinguió a un utópico como yo y lo miró, sonrió y le respondió el saludo con su puño.

viernes, 6 de agosto de 2010

La palabra "Tao"

"Tao" ha sido traducida como camino, sendero, sentido. Es un error que no entiendo. O tal vez sí. El traducir un texto no implica entender su contenido plenamente, aunque con sólo leerlo un poco basta. En este caso puedo suponer que se trata de un exceso se celo o de la intención de ser también intérprete.
Los capítulos I y XXV del libro del Tao son clarísimos:

I

El Tao que puede ser expresado no es el Tao eterno.
El nombre que puede ser definido no es el nombre inmutable.
............

XXV

Hay algo inherente y natural,
Que existió antes del cielo y de la tierra.
............
No conozco su nombre;
Pero me veo forzado a darle un nombre:
Lo llamo Tao, el trascendente.
............

(Traducción al inglés de Ch'u Ta-Kao de 1970, traducción al castellano de 1980)

Lao-Tsé está hablando de una entidad indefinible y por lo tanto innominable, pero para poder hablar de ella le da un nombre que es sólo alegórico. Ese nombre Tao es sólo una herramienta discursiva para poder hablar de algo que no tiene nombre. Platón hace algo parecido cuando diferencia la Venus celestial de la Venus terrenal para dialogar sobre el amor. La idea de dos diosas Venus es tan herética como la de dos Zeus o dos Jehová, uno terrenal y otro celestial. Pero Platón se atreve en el convencimiento de que es válido como recurso retórico.
El concepto "Tao" es más amplio que el concepto "Dios" y entonces el sentido de dos "Tao" es válido: el Tao del Cielo y el Tao del hombre.
El capítulo LXXVII es curioso. Tiene la particularidad no única de ser profético por ser tan actual y universal. Fue válido hace 25 siglos y por desgracia hoy también. Lao-Tsé no dice "será", dice "es".
La conceptualización de los fenómenos contingentes hacen eterna una obra. Cualquier expresión artística o filosófica vigente a través de los siglos se explica por su contenido siempre actual.

LXXVII

"El Tao del cielo, ¿no es como tender un arco?. La parte superior baja, y la inferior sube; disminuye la longitud y aumenta la anchura.
El Tao del cielo así, arrebata a los que tienen demasiado y da a los que carecen de lo suficiente.
El Tao del hombre, por el contrario, toma del pobre para aumentar la fortuna del rico."

Esto me recuerda a los gobiernos de USA y Europa, que ante una crisis provocada por los ricos toman los dineros de los pobres para dárselos precisamente a esos ricos.
Ese absurdo, esa aberración, no fue predicha por Lao-Tsé, fue simplemente dicho como una constante del hombre, del "Tao del hombre", que parece incapaz de aprender lo más elemental.
Porque en realidad nada de lo que ocurre es una novedad. Todo se reitera a la espera de una toma de conciencia que nos permita vivir sanamente, cuerdamente.
Se me disculpará la digresión, espero.
He tenido que transitar 9 traducciones distintas del Libro del Tao para acercarme al sentido de las palabras. Y en todos los casos, reemplazar "Tao" por otro término no hizo más que oscurecer el texto.

domingo, 11 de julio de 2010

El "matrimonio homosexual"

El debate actual sobre el tema del matrimonio entre personas del mismo sexo, en la República Argentina, está que arde.
Como en todo, hay tres posiciones: a favor, en contra y neutro o indiferente.
Los argumentos a favor en general los comparto. Los argumentos en contra son los que me interesan.
Salen a la calle representantes de las tres religiones de Occidente, como son el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam, para manifestar su oposición. Es decir, una oposición corporativa porque individualmente hay toda clase de posiciones.
Dicen entonces los dignatarios del Catolicismo, religión en decadencia pero aún poderosa, que el llamado matrimonio gay es antinatural y que se está en guerra contra el plan de Dios.
Mi posición personal es que cada uno haga lo que quiera mientras no obligue a otro.
Dicho esto, sigo y me centro en el discurso de los obispos porque, a pesar de que me causa desagrado el oirlos, hacen tanto ruido que me cuesta no opinar.

Argumento A):
El matrimonio entre personas del mismo sexo es antinatural.
El matrimonio no es natural, es un invento de la sociedad. En la Naturaleza, fuente de lo llamado natural, no hay matrimonio. Cierto es que hay algunas pocas especies en las cuales los progenitores conviven luego de la fecundación a veces para toda la vida. No sólo son la excepción sino que además no están casados, están en concubinato. Sé que esto último es un sarcasmo y espero me perdonen.
El matrimonio, que la Iglesia Católica proclama como sagrado e indisoluble, es anulado por el Vaticano en ciertos casos, previo trámite y aporte de favores.
El celibato tampoco es natural.
No diré nada del hábito de la pedofilia o del castrado de niños para los coros del Vaticano en uso hasta finales del siglo XIX. Ayer.
En definitiva, nunca es natural algo salido del hombre. Son naturales el instinto, las ganas de comer, la excitación que produce el objeto de deseo sexual, el miedo y todo lo demás. Pero la envoltura de reglas y costumbres que norman todas nuestras necesidades naturales es artificia.

Argumento B):
Se está en guerra contra el plan de Dios.
No está claro si esa guerra es contra el plan del dios cristiano, judío o islámico. Como esto lo dice un obispo entonces la guerra es contra el dios cristiano. Siendo el dios cristiano todopoderoso, la guerra será ganada por él y entonces no veo el problema.
No agrego nada más porque este argumento "B" no merece otro comentario, es demasiado débil.

Lo que más me interesa de toda esta polémica es:
1) Es un proyecto de ley que no obliga a casarse a nadie, sólo lo permite.
2) No es un proyecto religioso, es civil, por lo que no entiendo por qué se inmiscuyen los religiosos con argumentos religiosos.
3) La República Argentina está poblada por personas que profesan con mayor o menor celo, o ninguno, todas las religiones del mundo y por agnósticos y por ateos. Es absurdo que una o algunas religiones indiquen cómo deben vivir los que no las profesan.

Y lo que no he oído, es que el mayor temor de las instituciones religiosas es que se sepa la verdad, que la sanción de una ley cualquiera deje al descubierto la verdad más temida:
El estrepitoso fracaso del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam que sólo logran algún éxito cuando buscan el mal, pero que jamás han logrado evitar el dolor de los débiles.
Me gustaría ver alguna vez a los grandes señores de la religión organizando algo parecido en contra de la injusticia, del hambre o de la mismísima guerra tantas veces bendecida.
Tal vez, algún día, comiencen a darse cuenta esos grandes señores de que se están quedando solos.

domingo, 2 de mayo de 2010

Nostradamus

Se cuenta que fue hallado a las puertas de Notre Dame de París, abandonado. De allí el apellido de Nostradamus, Nuestra Señora. Se dedicó a varios oficios, entre ellos el de profeta. Se olvida que también fue médico notable. Profetizó para Catalina de Médicis con precisión asombrosa y eso le valió su protección ante la Santa Inquisición. Los demás datos de su escasa biografía son bien sabidos a través de innumerables libros y también películas.
El caso es que se habla mucho no solo de él, desde creo 1998, en que el fin del mundo se hizo tema remanido. El fin fue anunciado y pospuesto varias veces.
El tema Nostradamus es, entre todos los de profetas modernos, el más llamativo a mi entender.
El primer punto, su estilo. Las cuartetas que componen sus Centurias son crípticas. Se supone por miedo a la Inquisición. Pero no me parece. Si la Inquisición hubiera tenido conocimiento de la obra, o interés en ella, habría sido indistinto que estuviera cifrada o no. Por mucho menos se condenó a otros. Me permito suponer que la protección de los poderosos es la causa de la supervivencia de las Centurias y de la sobrevida del autor.
Desde el siglo XIX se han estudiado los casos de los llamados psíquicos: personas que manifiestan habilidades para la predicción, la visión a distancia, el mover objetos sin usar las manos o leer las mentes. Dejando de lado los fraudes que los hubo, los hay y los habrá, los informes coinciden en que las capacidades disminuyen con los años hasta en algunos casos desaparecer.
Las profecías de Nostradamus son exactas entre sus contemporáneos. Pero se aventura hacia el futuro lejano. Podríamos creer que él también perdió precisión.
Hay un fenómeno repetitivo que merece mención, pues es capital en el tema de las profecías:
Cuando se dice "Fulano lo predijo" o "Estaba predicho en tal libro" se habla siempre de un hecho anterior a la interpretación de la profecía. Nunca se dice "Esto pasará". Por ejemplo, ahora parece que la caída de las Torres Gemelas también fue prevista por el profeta. Si fue así, me pregunto por qué no se hizo nada por evitarlo siendo que las Centurias se venden en cualquier librería. Si la profecía es tan oscura como para no ser entendida hasta después de concretada, no sirve.
Así yo mismo puedo ser profeta. "En el país del frío la serpiente de metal matará las esperanzas" es una profecía mía que en algún momento se cumplirá: un tren cargado de niños en vacaciones descarrila en algún país del Norte, entre la nieve. O choca un subterráneo en Moscú llevando en él al candidato político que promete la justicia social. O lo que sea que se pueda ajustar a mis palabras, dentro de un año o de cien años. Se encuentra siempre la interpretación luego de concretada la premonición.
Y no podemos dejar de recordar que hay cuartetas falsas, escritas por otros. La más antigua copia de las Centurias ya es dudosa. También hay un "Testamento de Nostradamus".
El profeta puede haber sido exacto o no, su libro puede ser auténtico o adulterado. No discuto la calidad ni la posibilidad de conocer el futuro. Discuto sí la maquinaria del miedo que se sustenta en libros y personas que anunciaron todo tipo de catástrofes, las cuales serían inexorables. Me pregunto por qué no hay vaticinios positivos, por qué nadie anunció la felicidad o el bienestar. Es como si siempre se viera al futuro como algo tenebroso y sin solución alguna.
Nostradamus vivió en Francia, en una época (otra) de conflictos religiosos entre cristianos. Cristianos marcados por los profetas judíos. Y tanto estaban marcados por la videncia del porvenir, que hasta se afirmaba la fe en profetas precristianos: las sibilas. Ni Virgilio se salvó de ser incluido entre los que previeron la llegada de Jesús. Esa manía de pensar que todo estaba predicho y que esa predicción es de espanto continúa.
El cine-industria abona y cosecha de esa extraña costumbre. Digo extraña porque no entiendo bien ese interés de sufrir de antemano, o de sentenciar que iba a pasar porque alguien lo vió venir. Es como si viviéramos una agonía permanente y milenaria, como si el Imperio Romano estuviera aún declinando y como si Jesús continuara aún en la cruz.
La realidad es bien otra. El hecho es que Roma cayó y que Cristo ya no está agonizando. El Imperio no existe más y a Jesús lo sepultaron. Sin embargo "Todo tiempo pasado fue mejor" está instalado en las mentes de aquéllos ávidos de profecías que, como afirmo, son siempre negativas. Una nostalgia de un tiempo fantástico que justifica lógicamente un futuro peor que el presente.
Por todo eso, supongo, se consiguen tantos fáciles consumidores de reiteraciones apocalípticas.
Una curiosidad significativa: En la antigua Unión Soviética, las expresiones culturales eran optimistas. El futuro en la novela, el cuento y el cine era promisorio. La profecía marxista era inversa. El futuro sería magnífico, ya que la Historia tenía otro fatalismo, el del triunfo del obrero y de la igualdad. Aún no ocurrió, como aún no ocurrió el fin del mundo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

FILOSOFÍA DE LA DESTRUCCIÓN DEL PLANETA

Exagero un poco con el título. Lo hago para adherir a la prensa amarilla que tanto se usa hoy en el mundo. Un título ruidoso para llamar la atención. Me despego luego para tratar de poner contenido.
El hombre hoy se encuentra en una paradoja espantosa: necesita y busca consumir sabiendo que así destruye su entorno. Una carrera hacia el abismo que no acierta a detener. Compra celulares a sabiendas de que el principal componente de ellos se extrae arrasando parte del Congo, incluyendo a su gente. Basta con averiguar qué es el coltan. No es difícil. El acceso a la información es hoy amplia y no hay excusa para no llegar a ella. O sí: la indiferencia suicida.
En el habla cotidiana se detecta la clave del asunto:
«La degradación de la Naturaleza»
«La alteración de la Naturaleza»
«La contaminación de la Naturaleza»
Pero si el hombre es parte de la Naturaleza.
Sin embargo, la simbolización de la realidad por medio de la palabra nos ubica fuera de la Naturaleza. Como si no perteneciéramos a este planeta. Como si habláramos de los recursos de otro planeta, distante y deshabitado.
Analizamos al mundo descomponiéndolo en partes y separándolas unas de otras. El aislamiento de los componentes nos aísla, ya que somos componentes también de ese mundo. Y así nos hemos alejando de nosotros mismos, atomizándonos. Lo que le pasa al otro nos pasa a nosotros pero no lo queremos saber.
Los procesos humanos son lentos. La Historia es una sucesión de pequeños cambios de discurso, muy pequeños, que no se heredan como los genes. A lo sumo, se copian. También se olvidan. En el mejor de los casos se mejoran. Pero la tendencia natural del hombre a la degradación exige esfuerzos permanentes para sostenerlo por encima de la bestia.
Por cada poeta hay cien criminales.
Catón el Censor terminaba cada discurso pidiendo la destrucción de Cartago. Los Bush pidiendo la destrucción de Irak. Éstos no tiraban higos al piso. Hubiese sido visto como algo ridículo o teatral.
Durante milenios se consideró a la Naturaleza como algo divino. Se la explotaba pero siempre la riqueza extraída era un don divino. Si crecía o no el trigo era obra de Dios, aunque el hombre empleaba técnicas para mejorar las cosechas. El herrero era un ser semidivino. La química era alquimia, ciencia mística.
Los seres humanos nacían, vivían y morían igual que hoy en día. Aún tenemos hambre, frío y enfermedad. Lo distinto es la forma en que combatimos todo eso que también es parte de la Naturaleza.
En 1214 nació Rogelio (o Roger) Bacon en lo que hoy es Gran Bretaña. No es un dato menor. Allí nació también la Revolución Industrial que agotó recursos de medio planeta y condenó a millones a una vida miserable. Era franciscano. Ser religioso en el Medioevo implicaba rechazar la naturaleza humana por ser campo de acción del Demonio. Dominar las tentaciones, negarse al Mundo.
Para vencer al enemigo (lo natural) nada mejor que conocerlo. No es el conocimiento de lo maravilloso para amarlo, es el de lo siniestro para combatirlo.
La intención determina el resultado. Sólo el Sabio es capaz de aceptar lo real. Pero en aquellos tiempos lo real, para el estudioso, era un monasterio o un claustro amenazados por los demonios que buscaban arrojar al pecador a los infiernos.
Las controversias más furiosas eran cosa común. Bacon mismo fue condenado en 1278 a ser enclaustrado.
No olvidemos tampoco que en esos tiempos todo estaba influenciado por la amenaza de la herejía y el miedo al Islam.
Para Bacon, experimentar es poseer la técnica que permita utilizar las fuerzas de la Naturaleza. Concebía el universo como un conjunto de fuerzas ocultas y mágicas que el sabio debe estudiar y poder desencadenar voluntariamente.
Ahora bien, si hay una fuerza mágica que produce determinado fenómeno, y el sabio logra desencadenarla voluntariamente, lo mágico y oculto deja de serlo y deriva en técnica. El sabio adquiere el poder de la deidad, pero no es la deidad. Adquiere su poder pero no su sabiduría. Lo divino se hace profano. Se profana la Naturaleza. La deidad ya no es necesaria, el hombre la reemplaza.
Es indiferente que Dios exista o no dentro de este sistema de ideas. Lo importante son sus consecuencias: la desacralización de lo natural. Más tarde lo natural deja de serlo. El hombre modifica y crea nuevas naturalezas.
Para poder comer carne natural hay que irse al medio del campo o criar una vaca en el patio de la casa.
Como dije antes, los procesos humanos son lentos. Pasaron 500 años hasta que estalló la Revolución Industrial. Cinco siglos alcanzaron para que el discurso del «Dominio de la Naturaleza» se implantara en nuestras mentes. Claro que al estar disociado de ella, ese dominio no incluye al hombre mismo. Es el cuento del Aprendiz de hechicero.
La Historia sigue su curso a pesar de nosotros.
Cuanto más datos se poseen, más conclusiones se pueden lograr y más se puede uno acercar a lo que puede parecer la verdad.
El control del industrialismo nunca estuvo en manos del obrero. Estuvo y está en manos de los dueños de las industrias. Las industrias generan masas de dinero que son administradas por el sistema financiero. La excesiva producción de dinero y su derivación al sistema financiero convirtió a éste en una entidad autónoma: ya no necesita de la producción para existir.
El Sistema Financiero es un mundo tan virtual que ni siquiera toca el dinero. Son números en un papel. Luces en un monitor de PC.
Semejante alejamiento de la realidad por parte de un sistema que controla a industrias y gobiernos es alucinación pura. En un individuo se llama locura, delirio.
Trataríamos de loco a una persona que nos mostrara un papel con números y nos dijera «Miren cuán rico soy».
Rogelio Bacon no es culpable de todo esto. Sólo filosofó, escribió y publicó, como otros miles. Pero sus ideas degeneraron en locura, al pretender el hombre reemplazar a Dios.
Insisto en que es indiferente a este caso que Dios exista o no. Se trata del reemplazo de un concepto por otro. Un antiguo concepto que funcionó por siglos reemplazado por otro que en 200 años nos enfrenta a la extinción como especie.
El hombre serrucha la rama en la cual está sentado.
La superabundancia de productos no los hace más accesibles.
La superabundancia de dinero no nos hace más ricos.
La superabundancia de saberes no nos hace más sabios.
Todo logrado con el agotamiento y el desperdicio de inmensas cantidades de recursos. Hasta el agua, 70% del planeta, escasea. Y usamos millones de litros para extraer oro. Alguien se pone un nuevo anillo a costa de la sed de miles.
Hace 40 años se comenzó a hablar de Ecología.
Tenemos que apurarnos.

domingo, 3 de enero de 2010

Civilizaciones superiores

Ahora que comenzó el año 2010 y que estamos más cerca del fin del mundo pensemos un asunto muy transitado, pero desde otro punto de vista.
El mundo se acaba en 2012 porque lo dicen los mayas y Nostradamus. A este último lo dejamos para otro artículo. Pero no a los mayas, que está de moda.
La Historia, como todas las disciplinas humanas infectadas de positivismo, está integrada por personas que tienen un esquema con forma de caja. Todo lo que cabe en ella se colma de laureles y lo que no, de oprobio. Entonces las pirámides fueron construídas por montones de personas empujando piedras y ningún ingeniero acierta a decir cómo. Pero con un cincel de bronce cortaron diorita y con alguna cosa la pulieron a espejo, siendo esa roca una de las más duras existentes. Claro que al no haber otra explicación que quepa en la caja, debemos creer como dogma de fe que los egipcios colocaron una piedra de dos toneladas cada cinco minutos empujándola, y que las cortaron con herramientas de bronce, las pulieron con presición óptica a mano, y todo ello siendo esclavos analfabetos los obreros. Cualquier otra idea es delirio y fantasía. Las estatuas de diorita están allí mirando a los turistas y talvez pensando "Me están mirando sin ver".
Lo del fin del mundo, tantas veces anunciado como pospuesto, viene a colación. Se habla y se hace dinero de ello porque el calendario maya llega hasta ese año. El calendario que me regaló la quiosquera llega hasta diciembre del 2010: ¿pre fin del mundo?. Y todo ello por la idea no académica de que los mayas poseían conocimientos profundos de Astronomía. Cosa cierta pues nadie hace un calendario exacto mirando para arriba.
Ahora bien: si la exactitud de un calendario nos hace presumir que el mundo termina el día en que ese calendario se detiene, también podríamos presumir que el mundo comienza cuando el calendario comienza. Debería ser un registro bastante largo, más o menos 5.000.000.000 millones de años. No lo es.
La idea de culturas anteriores a la nuestra, de mayor desarrollo, está impuesta en una especie de ciencia paralela a la Historia oficial, una Para-historia. Los indicios me hacen ver que es así. Como este blog no es lugar para ello, invito al lector curioso a consultar la bibliografía existente, con el consejo de que sólo preste atención a aquélla que esté documentada, y de que además apele a algún conocimiento tecnológico para ver más claro. Hay tantos delirantes en la Para-historia como en la Historia.
El mayor desarrollo científico-técnico no implica un mayor acierto. Nuestros conocimientos actuales son mayores que los de un campesino del siglo XIX, pero es notorio que acertamos poco, menos tal vez que el campesino. De lo contrario viviríamos en un edén. A pesar de ello, millones de personas se angustian o esperanzan con el 2012, nuevo año mágico.
Tanta confianza en una cosa suele nacer de la desconfianza en otra. Confianza en un conocimiento antiquísimo por desconfiar de un conocimiento actual.
Civilizaciones desaparecidas, extraterrestres, ángeles, videntes, alquimistas, dioses, magos, profetas y sectas son los objetivos de los prismáticos de la desesperanza. No podemos ver que tanta sabiduría, conocimiento, tutelaje y poderío no impidieron que esas culturas desaparecieran de forma tal que ahora debemos adivinar cómo eran.
De Stonhenge, por ejemplo, sólo podemos balbucear.
No sabemos aprender que a pesar de todas las maravillas de que fueron capaces ellos y de las que somos capaces nosotros, no podemos aún superar nuestras miserias internas.
Dentro de miles de años, alguna otra cultura dirá de nosotros: "¡Qué extraño! Supieron viajar por el espacio y murieron de hambre sobre la tierra".
Nosotros, que sabemos que es así, seguimos cometiendo errores y dejando que los cometan.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Llamativa desaparición

Quiero llamar la atención sobre un hecho que, para mí, es sugestivo.
Antes de ir al punto, un comentario: Es por todos sabido que Internet está provista en abundancia de sitios en donde se pueden conseguir libros. Los poseedores legales o no de los "derechos", se encargan de perseguir esos sitios, por si pierden de vender algún ejemplar. Dejaremos las consideraciones sobre esa persecución para otro artículo. Lo lógico o sensato sería que esos poseedores, dada la enorme cantidad de sitios con libros, se centraran en los títulos de más venta para ahorrar energías. Pero no.
Ahora voy al grano: Hoy me entero de que alguien ha censurado la oferta de dos versiones de un mismo libro, de un autor muerto hace unos 70 años, y que seguramente no es un récord de ventas. Se trata de Howard Phillips Lovecraft y el libro es el Necronomicón.
Es uno de mis autores favoritos y el Necronomicón estaba en la lista de libros que comparto con ustedes. Ha sido requerido varias veces.
Se trata de un texto interesante sólo por lo curioso.
Están los que sostienen que es auténtico, y creo que desean que lo sea, y los que de acuerdo con los que mejor conocen el tema afirman que pura invención. Como sea, es interesante sólo para los admiradores del autor y para los que desean adrentarse en el mundo de lo oscuro y cualquier puerta les sirve.
Personalmente, deseo que sea invención. Y también, es bueno decirlo, que nadie crea en su autenticidad.
Y me asombra que haya sido eliminado de la lista de libros que comparto. ¿Puede ser que haya gente interesada en que ese libro no se difunda? ¿Tanto se vende que he perjudicado a alguien económicamente por 20 o 30 "bajadas" del libro? ¿Deberé preguntarle al que susurra en la oscuridad?
Esto sería para Lovecraft un buen punto de partida para uno de sus relatos. Para mí, que no soy él, es un interrogante que me hace asomar una vez más a un mundo extraño, contradictorio.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Puse sorpresas, y recibí otra mejor

Al día siguiente de inaugurar la sección "El Archivo Sorpresa", me llega una a mí, y espero que a todos: dos comentarios de Anahí M. Llanes. Es una joven de 15 que se asoma al mundo de la Filosofía. Es decir, no todo está perdido.
Los medios de propaganda nos siguen bombardeando con la idea de que los jóvenes son igual a música, aritos, drogas y superficialidad. Y también, cosa significativa, el 80% de la publicidad de esos mismos medios apunta a los mismos jóvenes, queriendo que consuman cualquier porquería.
Y podemos ver que la Humanidad tiene esperanzas con personas como Anahí, que a sus 15 años se ocupa de un blog y en él filosofa.

Véanlo: http://el-mundo-de-anahi.blogspot.com
Y también el excelente http://salvemosalplaneta-lawebdeanahi.blogspot.com

Anahí quiere filosofar y lo hace.
Es decir, aún no tiene edad para la Facultad. Puede en su momento ingresar y terminar la carrera. Puede doctorarse incluso. También puede no hacer nada de eso. Puede terminar hundida en la locura. Puede ocupar el resto de sus días en cuidar una casa y 8 hijos. Puede tantas cosas.
Pero, cosa admirable, se atrevió. En un momento de su corta vida se encendió la chispa sagrada en su ser y eso, lo afirmo, no se apaga jamás. Ella pudo ver esa chispa y siguió su luz pequeña, parpadeante y esquiva.
Hizo lo que hicieron todos aquéllos grandes que posibilitaron que el hombre sea un poco menos cavernícola. ¿Y qué fue lo que hizo? Siguió la luz.

Leámosla para respirar frescura.
Sus comentarios están en las entradas "Inseguridad y lavado de cerebro" y en "Todos somos filósofos".

Gracias a Anahí y a todos ustedes.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Nueva Sección

Tenemos una nueva sección: Archivos Sorpresa. La pueden encontrar a la izquierda, debajo de los libros para compartir.
Se trata de archivos con contenido desconocido, siempre dignos de los lectores de este blog. Dentro de ellos hallarán algo agradable, curioso o por lo menos novedoso.
¿Cómo funciona? Sencillo:

1) Hacer click sobre el título ("Sorpresa 001" o el que gusten).

2) Eso los llevará a la página web "4shared", absolutamente confiable.

3) Allí harán click sobre "Download" y el archivo será descargado donde ustedes indiquen.

4) En la carpeta por ustedes elegida será descargado el archivo. Está libre de virus, pero recomiendo revisar cuanta cosa entre a sus computadoras.

5) Abran la carpeta. Haciendo doble click sobre el archivo, éste se descomprimirá automáticamente, sin más trámite.

6) Se encontrarán con: el archivo sorpresa y un archivo con extensión "txt" que describe un poco la sorpresa. El tercer archivo será el original ("Sorpresa001.exe", por ejemplo) que puede ser borrado sin problemas.

Cualquier duda, consulten a temaukel2002@gmail.com

Verán que la numeración está salteada. Es que quiero alternar los envíos y he creado las sorpresas previa y correlativamente. Las iré subiendo de a poco.

Gracias.