jueves, 12 de marzo de 2009

El Taoísmo y la deidad

Es discusión entre los expertos el asunto de si el Taoísmo es ateo, panteísta, o identifica a la deidad con la Naturaleza.
Refiriéndose al Tao, el cap. IV dice:
"Yo no sé quién lo engendró;
pero parece ser el predecesor de la Naturaleza"
(como todas las citas siguientes, ésta pertenece a la traducción del chino al inglés de Ch'u Ta-kao, en la versión al castellano de Inés Frid, Editorial Troquel, Buenos Aires, Argentina, Noviembre de 1993). De esto se desprende que la doctrina coloca a la Naturaleza como generada por Tao.
"Deja que el Tao impere en el mundo y los espíritus no ejercerán sus poderes espectrales.
No es que los espíritus dejen de tener poder, pero su poder no dañará a los hombres". Cap. LX
Podemos entender que la Doctrina afirma la existencia de seres inmateriales que pueden dañar al hombre, lo que Occidente entiende como demonios. Es decir, coincide con las creencias más extendidas, como las de ángeles y demonios, aunque habla sólo de éstos últimos, como si las entidades inmateriales fuesen exclusivamente dañinas. Se trasunta en esa expresión una separación entre Tao y los espectros, como si no tuvieran relación, como si Tao no fuese opositor a esas entidades. Suponemos entonces que simplemente están en el mundo, como las demás cosas. Tao es indiferente a los espíritus, como es indiferente a todo. Aquí la noción común de Dios como vigilante de los actos de sus creaturas está ausente. Los espíritus podrán ejercer su poder, pero no afectará al hombre, con la condición de que el hombre deje imperar a Tao, es decir, adopte el Tao, ya que todo el desorden estriba en la ausencia de Tao en el hombre.
"Porque el que combate con amor ganará la batalla,
el que defiende con amor estará a salvo.
El Cielo lo salvará y lo protegerá con amor" Cap. LXVII
Aquí podríamos deducir la existencia de una providencia divina, que beneficia al hombre de acuerdo a su acciones. El Cielo no es Tao, este es el problema. El Cielo no es más que otra emanación de Tao, aunque de naturaleza superior.
En estos y otros ejemplos vemos una constante: la lejanía de Tao, la indiferencia, la imposibilidad, por medios corrientes, de comunicarnos con Tao. Ni siquiera podemos agradarle u ofenderlo. Todo lo que hagamos para bien o para mal nos afecta sólo a nosotros y a nuestro entorno. Tao, en relación con el hombre, se nos presenta como un camino a seguir. Se toma o se deja.
Si se toma, uno se acerca a Tao. Si no se toma, uno se aleja de Tao. Pero Tao permanece inmutable. No hay una acción hacia un lado u otro. Es indiferente.
En esto reconocemos la gran diferencia, a mi entender, entre el concepto Tao y el concepto Dios. Con la misma intensidad con que Dios interviene en el mundo, Tao no. El Taoísmo entonces podemos entenderlo como una forma de vida con efectos mediatos e inmediatos. Una causa y efecto permanente e inteligible. El milagro, el poder divino, el designio, están ausentes, pues no existen. El Taoísmo deja en manos del hombre su destino, su vida, sus aspiraciones. Ninguna voluntad sobrenatural torcerá su destino, que es suyo. Tao no espera nada del hombre, ya que es impersonal y carece de intensiones. Tao es como es y sólo podemos intuir algo de sus características con la observación del entorno. Actúa sin actuar. Es como la lluvia, que moja sin querer mojar, pues la lluvia no tiene voluntad. Moja porque ésa es su naturaleza.
El hombre se transforma en consecuencia en un ser libre absolutamente y responsable de las consecuencias de sus actos. Tao no tiene ingerencia. El hombre debe asumir su adultez como individuo y como especie. Tao está en el lugar ése en que está y uno puede llegar a él, como lo hace el Sabio taoísta. Pero no esperemos que nos tienda una mano: el caminar está en nosotros y en nadie más.

6 comentarios:

  1. En Occidente poseemos la verticalidad en nuestras mentes debido a la educación que hemos recibido siempre, partiendo del seno familiar, colegios, religiones (sobretodo católica en un mayor porcentaje), facultades. Nuestros gobiernos también han seguido el mismo lineamiento. Por lo tanto es difícil cambiar pensándonos y sintiéndonos libres y dueños responsables de nuestros propios actos, mucho menos después de una larga vida de verticalidad. Porsupuesto, para aquel que quisiera hacerlo, el dicho de "el que quiere puede", obtendría resultados positivos en esta nueva filosofía de vida. ¿Pero realmente se puede revertir una mentalidad a 360grados?. Pienso que es tarea difícil y un tanto utópica cuando el transcurso de la vida de una persona ha sido motivada por la creencia de un Ser Superior. Sería más accesible propiciar esta idea en niños o personas jóvenes, las cuales no tienen acceso a este tipo de educación ni poseen motus propio para hacerlo. La sociedad de consumo debilita las mentes, los gobiernos debilitan la educación, ya sea vertical u horizontal para beneficio propio (mientras menos se piensa, mejor se maneja a las personas). La inexistente calidad de vida, la pérdida de los valores, el stress por querer progresar únicamente a nivel económico, olvidando el crecimiento interior, no permite abrir mentes a la búsqueda de nuevas filosofías de vida. Los occidentales buscamos paz interior en las iglesias o templos, con sacerdotes o pastores, rezando, implorando, o en vacaciones, porque eso se nos dijo siempre, toda la vida, que es lo que debemos hacer.
    Creemos que la libertad es = a caos. Los menos, aquellos que están en permanente búsqueda de la verdad, la espiritualidad, la horizontalidad que va de la mano de la libertad, personas con criterio propio que no creen en todo lo que leen, en todo lo que le dicen y en todo lo que ven; son seres que van irremediablemente hacia la soledad, la inaceptabilidad social.Porque solemos rodearnos de personas afines, no todos aceptamos pensamientos ni ideologías contrarias. Y los que piensan distinto suelen convertirse en personas selectivas, ya que es muy difícil compartir una filosofía de vida de libertad absoluta con el común de la gente que obedece a un ser Superior.
    No soy dogmática, por lo tanto acepto cambios, ya que sigo en la búsqueda y sobretodo de la libertad, pero se que voy directo a un gran desafío de vida que hay que estar dispuestos a aceptar, con sus pros y sus contras y afrontarlo con valor y convicción. Primero, creo necesario encontrar un equilibrio entre el cuerpo, mente y espíritu o alma o como quieran llamarlo, de lo que deviene todo lo demás, ya que no se puede uno autocontrolar o autogobernar en un desorden. Admiro profundamente a los orientales, pero ellos han crecido con una mentalidad totalmente distinta a la nuestra. El Tao es un camino difícil, más para seres de nuestra generación, donde las creencias occidentales están completamente enraizadas.

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  2. Lamentablemente, el comentario de Alicia Zangheri es cierto.
    Y agrego: cuando uno tiene acceso a algún conocimiento trascendental, o que uno considera así, es como una oportunidad que se nos presenta. Se toma o se deja. Si se toma, siente que el mundo se expande pero el círculo de personas se reduce. Eso es natural. Si me dedico de lleno a un deporte, debo dejar los otros. Los puntos es común son menos, pero más intensos. De pronto uno se descubre a sí mismo hablando como en otro idioma, mientras los demás, los amigos de años, lo miran como a un loco, un raro o un molesto contestatario. Es parte del precio que todo ser humano paga cuando elige un camino: dejar los otros caminos. No es siempre soledad, es también cambio de ambiente.
    Ciertos ambientes son más reducidos que otros.
    La montaña está allí, vamos a subirla, vale la pena. Y cuanto más arriba estamos, menos acompañados. Y es que muchos no quisieron, otros no pudieron pasar de cierta altura y para colmo, cada vez hay menos lugar.
    Desde que uno nace le cargan la cabeza de ideas, todas ajenas naturalmente. La decisión de tomar el control de la propia cabeza es difícil y riesgoso. A mí me llevó nada menos que 40 años sacarme ciertos conceptos. Personas de valía con la cual tenía excelente y fructífera relación, hoy me tienen lejos. Para algunas soy el "tío loquito". Bueno, como dije, es parte del precio.
    Hay líneas en el camino que se pueden pasar sólo una vez. Al llegar a ellas se toma la determinación de seguir o no.
    Desde muchacho tengo en mí la idea de qué es lo que veré, cuando anciano mire hacia el pasado y juzgue el camino recorrido. Sigo temiendo el morir sin haber hecho lo correcto. Será por eso que me atrevo a algunas cosas ahora, trato de no dejar pasar nuevas rutas, no sea cosa que me pierda paisajes hermosos.

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  3. Respecto al Taoismo, creo que es posible transmutar el término Tao por el más cotidiano "equilibrio", es decir, entender el tao como entidad axiológica antes que como algo metafísico o místico, sin que por esa transmutación pierdan sentido necesariamente los planteamientos manifiestos en los fragmentos publicados en el comentario. Esto efectivamente nos marca una diferencia radical con las nociones de deidad de las religiones occidentales y algunas orientales, pues las deidades del judeocristianismo o el hinduismo, por ejemplo, no pueden ser entendidas sin personificarlas de una u otra forma.

    Todo esto sea dicho, aclaro, con toda reserva, pues mi familiaridad con las religiones orientales es escasa, además de que como materialista irredento me resisto a aceptar cualquier forma de misticismo y tiendo en consecuencia a "aterrizar" los conceptos.

    Sobre el comentario acerca de la soledad de la distinción, o el ostraicismo como condena a quien se atreva a cambiar... creo que lo importante es la congruencia interna, eso y mantenerse en movimiento, a menudo las soledades y frustraciones se presentan cuando estamos inactivos, aislados en nuestra idea de unicidad, cuando al contrario uno se mueve y se atreve a empujar al ir contra corriente, se termina descubriendo que hay otros que también luchan... y como dijo Bretch, esos son los imprescindibles.

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  4. El Taoismo, como el budismo, como el sufismo, son todos intentos inutiles del pensamiento por alcanzar lo trascendente.
    Quien haya escuchado a Krishnamurti sabe de que hablo.
    Todo taoista sigue el Tao, pero ocurre que ese Tao que sigue es solamente su pensamiento, su ideal, con lo cual correrá paralelo siempre a la trascendencia, al Tao, sin llegar a tocarse nunca con él...
    El Tao ocurre o no ocurre, pero jamás se le puede invitar, experimentar, pensar, manipular...
    Es todo un terrible engaño de proporciones descomunales el que durante decadas nos han intentado vender en occidente (la mayoría de las veces por occidentales.
    Un sabio taoista, un maestro zen, un iluminado sufí, ninguno de ellos ha alcanzado "lo otro", la iluminación, como quieras llamarlo...
    Lo único que alcanzaron es aquello que habían intentado encontrar desde el principio: el producto de su propio pensamiento, su ideal...
    Pero jamás lo sagrádo, lo trascendente, el verdadero Tao, o el brillante nirvana...
    Y hay un por qué..., la mente no puede dar con ello, porque "aquello" está más allá de la mente, el cerebro no puede manejarlo, el pensamiento solo puede tocar lo "conocido" y " lo otro" es lo desconocido...
    Hablemos claro y alto..., nos han engañado como a chinos (valga el chiste)...
    Y cualquier intento de justificar la valía de las técnicas orientales para lograr la iluminación, es tan solo una estratagema de la mente...
    Triste, pero es así...

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  5. te voy a llamar anonimo porqe no pusiste nombre yo tampoco pero me llamo mateo, aver si nos entendemos, todo es parte de la mente, el dolor los sentimientos, todos los dioses y deidades es parte de nuestra mente, es tu eleccion creer o no creer, si alguien cree que el tao existe, esta bien es su creencia, si algien cree que una papa creo al mundo, es su creencia y mientras no sepamos la verdad siempre va a aver creencias.
    es tu eleccion creer o no
    (perdon por las faltas de ortografia estoy apurado)

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  6. Mateo:
    Gracias por comentar.
    El comentario de Anónimo es duro y muy difundido. ¿Cómo compruebo realmente la existencia de Italia? Sólo tengo referencias indirectas de ese país. Fotos, películas, gente que dice haber nacido allí o haber viajado. Pero conocimiento directo, no. Acuerdo que existe por consenso general. Debería ir personalmente para dar testimonio de la existencia real de Italia.
    Lo mismo ocurre con las deidades o con el Tao.
    Mi propia experiencia me permite comprobar que se puede detender el proceso mental y entrar en un estado que describo como de beatitud o de infinita felicidad.
    Quien quiera afirmar algo tan sutil como el Tao o la deidad, debe intentar el camino.
    No sabés Mateo lo cerca que estamos vos y yo.
    Gracias nuevamente.

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